Los pagos biométricos explicados
Coautoría de Patricio Hernández, vicepresidente senior de procesamiento para Mastercard en Latinoamérica y el Caribe, y Valerio Murta, vicepresidente de productos y soluciones para Mastercard en el Cono Sur
Miami–1 de diciembre de 2016– Hasta ahora, las tecnologías de pago nunca habían sido tan seguras, pero los criminales nunca habían sido tan inteligentes. En el mundo físico, contamos con el sistema EMV para hacer que nuestras compras sean más seguras, pero cuando de compras en línea se trata, la mayoría de nosotros estamos de acuerdo en que las contraseñas son un verdadero problema. La gente las olvida con frecuencia y es molesto tener que completar el proceso de recuperación.
Un estudio realizado recientemente por Mastercard arrojó que 53% de los compradores en línea olvidan una contraseña importante más de una vez a la semana, lo que los obliga a perder más de 10 minutos reestableciendo sus cuentas. En consecuencia, más de un tercio de los consumidores abandona sus compras en línea, y en 6 de cada 10 casos el motivo es que olvidaron su contraseña.
Adicionalmente, más de la mitad de los encuestados enfatizó que prefiere reemplazar sus contraseñas por algo más práctico pero con niveles iguales o superiores de seguridad y protección. Entonces, ¿qué debe hacer si desea vivir una experiencia de compras sin interrupciones con altos niveles de autenticación de seguridad de pagos? Nuestra recomendación: la biometría.
Los pagos biométricos han ganado popularidad en los últimos años, y los consumidores se muestran cada vez más interesados en el tema. Estudios recientes demuestran que en 2015 el fin de las contraseñas y el auge de la biométrica fueron un punto clave de debate entre los consumidores en las redes sociales a nivel mundial. Las compañías de tecnología utilizan cada vez más lo último en innovaciones para aportar nuevos niveles de autenticación a los pagos a través de la biometría, y la idea de validar su identidad con la huella dactilar o el ojo ya no es un concepto futurista.
Pero, ¿qué son los pagos biométricos? Y lo que resulta aun más importante, ¿cómo mantienen nuestra información a salvo?
La biometría son características biológicas únicas que se pueden digitalizar y convertir en un registro identificable. Este tipo de tecnología se hace cada vez más popular en el sector de los pagos, donde las compañías están utilizando la autenticación biométrica para reconocer al tarjetahabiente y autorizar la deducción de los fondos de una cuenta. El pago mediante huellas dactilares, con base en el escaneo dactilar, es el método de pago biométrico más común, aunque también han surgido otros como el escaneo de retina o los latidos del corazón como método de autenticación.
En el caso de Mastercard, por ejemplo, lanzamos recientemente la Verificación de Identidad de Mastercard, una solución de autenticación a través de la app para los pagos en línea y la banca móvil que les permite a los consumidores autenticarse e identificarse utilizando el reconocimiento de sus huellas dactilares o facial.
La autenticación biométrica ofrece múltiples beneficios. Desde el punto de vista del consumidor, el uso de esta tecnología elimina la necesidad de tener contraseñas y acelera la experiencia de compra ofreciéndole una manera más rápida y más práctica de pagar. Con este tipo de autenticación, la información es única para cada persona, lo que reduce el riesgo de fraude y le da tranquilidad al usuario. Desde el punto de vista del comerciante, la experiencia mejorada del cliente se traduce en menos compras abandonadas (es decir, ¡más ventas!), reducción del fraude, y servicio mejorado de atención al cliente.
Reconocemos que con el Internet de las Cosas, son más los dispositivos que se convertirán en dispositivos de comercio, de modo que nos enfocamos en asegurar que todos sean dispositivos de comercio seguro. A medida que avanzamos, podemos esperar encontrarnos incluso con mayores innovaciones dentro de la biometría que seguirán aumentando la seguridad del consumidor, su experiencia de compra y practicidad. La meta es que los consumidores se sientan seguros utilizando estas tecnologías y puedan disfrutar con confianza de los beneficios que esas medidas mejoradas de seguridad pueden aportarles a sus vidas.